La salud digital ha dejado de ser una opción complementaria para convertirse en una pieza central del sistema sanitario moderno. Con el avance de la inteligencia artificial, el big data y las aplicaciones móviles, ahora es posible ofrecer atención médica personalizada en tiempo real.
La Universidad de Oxford y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han enfatizado la necesidad de integrar soluciones digitales centradas en el paciente. Desde apps que monitorean signos vitales hasta plataformas que ajustan tratamientos en función de algoritmos predictivos, la tendencia es clara: la salud digital personalizada está redefiniendo el modelo de atención.
Estudios liderados por el Karolinska Institutet en Suecia han demostrado que la personalización digital mejora la adherencia terapéutica y reduce las hospitalizaciones en pacientes crónicos. Esta transformación plantea nuevos retos éticos, como la privacidad de los datos, pero también abre posibilidades inéditas para una atención más humana y eficiente.