Las Infecciones del Tracto Urinario (ITU) constituyen la segunda causa infecciosa más frecuente atendida en Atención Primaria, después de las respiratorias, con una alta prevalencia en la población femenina. Se estima que casi una de cada cuatro mujeres ha experimentado, al menos, un episodio de cistitis en su vida (SEMG). Como profesionales de la salud, debemos manejar este cuadro clínico común con un enfoque que priorice el diagnóstico preciso, el tratamiento empírico racional y, fundamentalmente, la prevención de la recurrencia.
La Vulnerabilidad Anatómica y los Factores de Riesgo
La alta incidencia de ITU en mujeres se explica primariamente por la anatomía femenina. La uretra más corta y su proximidad al ano facilitan la migración de bacterias entéricas, principalmente Escherichia coli, que causa más del 85% de las infecciones bacterianas de las vías urinarias (Manual MSD; CDC).
Existen múltiples factores de riesgo que modulan esta predisposición:
- Actividad Sexual: Las relaciones sexuales introducen bacterias a la uretra. El uso de espermicidas y diafragmas también aumenta el riesgo al alterar la flora vaginal (Mayo Clinic; Elsevier).
- Antecedentes Personales: La historia previa de ITU, especialmente una primera infección antes de los 15 años, y antecedentes familiares de ITU recurrente elevan significativamente la probabilidad de recidiva (SIICSalud).
- Cambios Hormonales: La menopausia provoca atrofia de la mucosa vaginal y uretral, modificando el pH vaginal y reduciendo la flora protectora de Lactobacilos, lo cual predispone a la infección.
- Comorbilidades: La diabetes mellitus y otras condiciones que causan inmunosupresión relativa o alteración del flujo urinario (como el embarazo) incrementan el riesgo (SEGG).
Palabras Clave de Búsqueda: Infección urinaria mujeres, cistitis no complicada, factores de riesgo ITU, Escherichia coli uropatógena, profilaxis ITU recurrente.
🚨 Diagnóstico Clínico y Diferencial: Síntomas Clave
En la práctica ambulatoria, el diagnóstico de la cistitis aguda no complicada en mujeres jóvenes se basa fuertemente en la sintomatología, dada la alta probabilidad pretest y el hecho de que el urocultivo no siempre resulta costo-efectivo en este escenario, según guías clínicas (SciELO Colombia).
Los síntomas de una ITU baja (cistitis) típicamente incluyen:
- Disuria: Dolor o ardor al orinar.
- Polaquiuria: Necesidad de orinar con mucha frecuencia.
- Urgencia miccional y tenesmo vesical.
- Dolor suprapúbico o presión en la parte inferior del abdomen.
- Orina turbia o con mal olor, y ocasionalmente hematuria macroscópica.
La presencia de disuria y polaquiuria en ausencia de flujo vaginal tiene un alto valor predictivo para el diagnóstico de cistitis (YouTube, 2022).
Es imperativo diferenciar la cistitis de la pielonefritis (ITU alta), la cual se manifiesta con síntomas sistémicos: fiebre (>38.3 ºC), escalofríos, náuseas, vómitos, y dolor lumbar o en el costado (Mayo Clinic; MedlinePlus). Ante la sospecha de ITU complicada o pielonefritis, debe realizarse un urocultivo y considerar la evaluación de anomalías estructurales o funcionales (Manual MSD).
🩺 Prevención y Tratamiento Antibiótico Racional
El manejo de la ITU baja no complicada prioriza la elección de un régimen antibiótico corto y eficaz para minimizar las resistencias bacterianas (GuíaSalud).
I. Tratamiento Empírico de Primera Línea
Las guías clínicas (SciELO Colombia; SEGO) recomiendan priorizar fármacos con baja tasa de resistencia local:
- Fosfomicina-trometamol: 3g vía oral, dosis única.
- Nitrofurantoína: 100mg vía oral cada 12 horas por 5 días.
Se desaconseja el uso empírico de fluoroquinolonas, como el ciprofloxacino, debido a su impacto ecológico y el aumento de resistencias.
II. Estrategias de Prevención (Primaria y Recurrente)
La prevención se centra en la modificación conductual y, si es necesario, en la profilaxis:
- Medidas Higiénico-Dietéticas: Fomentar la hidratación adecuada, lo que induce una micción más frecuente. Aconsejar el aseo perineal de adelante hacia atrás, y la micción postcoital para expulsar bacterias de la uretra (Mayo Clinic; AEU).
- Profilaxis No Antimicrobiana: El uso de estrógenos tópicos en mujeres posmenopáusicas ha mostrado efectividad. La D-Manosa se utiliza como una opción no antimicrobiana prometedora, aunque la evidencia del jugo de arándanos (cranberry) sigue siendo inconclusa (Elsevier; AEU).
- Profilaxis Antimicrobiana: En mujeres con $\geq 3$ ITU por año, y tras el fracaso de medidas conductuales, se considera la profilaxis continua (dosis baja diaria o semanal) o la profilaxis postcoital (dosis única después de la relación) (Manual MSD; AEU). Este manejo debe individualizarse para limitar la exposición a antibióticos.